viernes, 4 de septiembre de 2015

Anayet

29 de agosto de 2015

Que mejor entorno que el Anayet y sus lagos para reencontrarse con la montaña. Carol tenía muy claro que en una de las visitas en verano, un día, lo iba a dedicar en exclusiva a hacer una excursión en el Pirineo. Su Pirineo. Aunque a ella no le importaba no hacer cumbre, sino solamente disfrutar de una andada en el Pirineo, hacer una cumbre, era la mejor manera de ponerle la guinda al día, así que pensé en un recorrido que no fuese muy largo y que, físicamente, no fuese muy exigente, además, debía sobresalir por su  belleza. El Anayet reúne esas características.
Reflejos sobre las aguas de los ibones de Anayet.
En la carretera que sube al Portalet y a tres kilómetros antes de llegar a la frontera, se encuentra el Corral de las Mulas (1625mts), nuestro punto de partida. La zona para dejar los coches se encontraba a tope, indicativo de lo que nos íbamos a encontrar. Tranquilos! monte hay para todos. Nos cambiamos de calzado, y mientras, valoramos meter en la mochila la equipación para ferratas, para pasar con más tranquilidad un paso en roca algo expuesto y equipado con cadena. Carol, vistiendo de trail-running y con esa mini mochila, ¿dónde va a meter el arnés y los disipadores? Así que los dejamos en el coche, confiandos en que la decisión no nos prive de hacer cumbre. Los primeros 25´, se andan por una pista asfaltada que se encuentra cerrada con barrara y que llega hasta el parquin de la estación Anayet-Formigal. Aquí cogemos una senda con  marcas rojas y blancas de la GR-11 (sur), que se adentra en el barranco de Culivillas. Después gira hacia el Oeste, hasta los ibones ibones de Anayet. Mientras vamos llegando, el Anayet va emergiendo más y más grande en el horizonte. La visión, con nuestro altivo objetivo enfrente, es espectacular. Durante la subida nos hemos cruzado alguna familia con niños pequeños que han pasado la noche acampados en este idílico lugar.(1 hora 30´ desde la salida)
Remontando el barranco de Culivillas.
Nos acercamos al llano de los ibones de Anayet...
... y poco a poco, va emergiendo nuestro objetivo. El pico Anayet.
 Para pasear, andar, correr, saltar, conversar, jugar, besar... me suban aquí. Al fondo el Midi d´Ossau.
Remanso de agua y paz.
Finales de agosto y todavía verde. Al fondo el Arroyeras.
No paramos, ya que lo haremos al bajar con la faena hecha y vamos hacia el collado (2404mts de altitud y 40´ desde los lagos) que separa el Vértice del Anayet. Por aquí, alguna vez hemos pasado ¿verdad? aunque estaba algo más blanco...
Vamos en dirección norte por la espalda de la montaña, para pasar a una zona colgada de color rojizo otra vez en la vertiente de los ibones. Seguiremos después por tierra suelta hasta la principal muralla rocosa de la montaña. Aquí viene lo más complejo de la excursión y por lo que íbamos a traer el arnés. Ayudados por una cadena, recorremos por piedra (ojo si está húmeda) la muralla en diagonal, que finaliza en un escalón de un metro, que superamos sin problema. Salimos a la izquierda a una chimenea con trazas de senda que asciende hasta la cumbre del Anayet con 2545mts. (40´más desde el collado). En algún momento nos ayudamos con las manos y siempre atentos a alguna piedra que pueda caer de arriba.
Aunque desde abajo, la cumbre parece puntiaguda, la cima es amplia y nos juntamos un montón de gente arriba. Balcón espectacular para echar un bocado, disfrutar de las vistas y hacer el pavo tirándonos unos selfies.
Llegando al cuello de Anayet.
Ya en el cuello de Anayet. Transición de lo herboso a lo pétreo.
Progresamos por esa tierra roja hasta que la pared nos cierra el paso.
Paso de la cadena. Húmedo, puede resultar peligroso.
Entrando en la canal. Expuesto, pero su progreso es seguro y fácil, en buena piedra.
Aquí ando yo! siguiendo a Carol.
En la parte final se abre y se pone más fácil.
Compartir una cumbre, es lo mejor que te puede pasar en un día.
Compartir una cumbre con una buena amiga, es de lo mejor que te puede pasar.
Vista a Canal Roya desde la cumbre.
Nos vamos para abajo  por donde hemos venido y nos encontramos algo de tapón en el paso de la cadena. Comentamos, que de bajada, nos ha resultado menos impresionante que de subida. Abajo en los ibones, nos acercamos alguna manada de caballos que están pendientes de sus crías. Nos bajamos al ibón inferior de Anayet que está mucho más tranquilo y al que apenas,   a comer y echar una mini siesta antes de retomar el camino del barranco de Culivillas de bajada al coche.
Bajando por la canal.
¿Nos hemos puesto de acuerdo en baja a la vez?
¡Orden! que nadie se ponga nervioso.
De bajada llegando al cuello. Enfrente el Vértice de Anayet (2559mts).
La mujer que ama a los caballos.

Siesta en el ibón bajo. A éste no baja (casi) nadie.

Si estos paisajes te han gustado y quieres que sean conservados y cuidados.
Firma aquí: Por el reconocimiento de Canal Roya, Anayet y la Partacua como Parque Natural.
Ruta seguida.
En el Pirineo también hay pulpo. Brindemos por la amistad y por la montaña.

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